domingo, 30 de agosto de 2009

Cuto de Jesús Blasco


Cuto de Jesús Blasco
Autor de el estudio: El Señor Ogro

Abro este hilo para hablar de uno de los clásicos indiscutibles de la historieta española, la principal serie de un maestro que influido en varias generaciones de dibujantes y que nos dejó unas cuantas obras maestras. Me refiero a Jesús Blasco (1919-1995) y a su serie Cuto, una obra de excepcional calidad, pero desgraciadamente desconocida para las generaciones más jóvenes de aficionados a la historieta. A mí me ha costado mucho conseguir la mayor parte de la serie, y para ello he tenido que recurrir a viejos tebeos descatalogados, álbumes de tirada limitada y ediciones portuguesas (tiene narices que haya que recurrir a tebeos portugueses para leer uno de los mayores clásicos de la historieta española). El personaje de Cuto fue creado en 1935 ó 1936, cuando su autor tenía 16 años, para una serie de historietas tituladas "Cuto, Gurripato y Camarilla" que se incluían en la revista "Boliche". Es todavía un Cuto muy primitivo, lejano al protagonista de las aventuras que le harían famoso en años posteriores:

Sigue aquí:

jueves, 27 de agosto de 2009

Purk, el Hombre de Piedra, por Rafael Marín


Rafael Marín está llevando a cabo este verano una impresionante recopilación de artículos sobre títulos, que por una u otra razón, son significativos para él como lector de tebeos.
En Voto a bríos, no podíamos dejar de recomendar la bitácora de este autor (escritor y guionista de cómics), máxime cuando la última entrada está dedicada a Purk, el Hombre de Piedra, uno de los personajes emblemáticos de Manuel Gago, a quien preferentemente está dedicado este blog.

Purk, el Hombre de Piedra. Autor: Rafael Marín

Los tebeos son fruto de su momento y su cultura, y por eso no es extraño que, fuera de su momento y su cultura no tengan después el arraigo que tuvieron y tanto autores como títulos pasen a ser, generaciones más tarde, olvidados por los lectores de otros momentos y otras culturas.

Es el caso de quien quizá fuera, durante muchos años, el autor español más popular de todos los tiempos, Manuel Gago, que dominó con su trabajo apresurado y lleno de pasión las décadas de los cuarenta y los cincuenta y que, recuperado para ediciones en color en los años setenta, tan sólo pudo convertirse en abanderado del factor nostalgia tan inevitable en los tebeos.

A la sombra del más conseguido y conocido de sus títulos, El Guerrero del Antifaz, Manuel Gago crearía una pléyade de personajes y situaciones que repetían una y otra vez los esquemas de ese éxito, picoteando en la historia y a veces, como el caso que hoy nos ocupa, remontándose más allá de la historia.

Sigue aquí:
http://crisei.blogalia.com/historias/64236

Otros enlaces de interés:
Purk el Hombre de Piedra por Pepe Palma
Cavernícolas españoles
Resumen de los 10 primeros episodios
Comics compartidos
Escaneados

miércoles, 26 de agosto de 2009

¡Maldición de Alá!

Casualidades de la vida. Navegando por internet me encuentro con un foro en el que una persona llamada Pepe García nos cuenta unas anécdotas de su niñez relacionadas con los tres últimos posts de Voto a Bríos (Exceptuando el de Mortadelo),El Guerrero del Antifaz, Diego Valor y Mendoza Colt.



¡Maldición de Alá!
Autor: Pepe García.
10 de Enero de 2009

Ya he comentado alguna otra vez que la falta de oxígeno que da el correr debe ser muy creativa. Hace unos días, corriendo sobre una preciosa nevada, di un pequeño resbalón y se me vino a la cabeza automáticamente la curiosa maldición del título. A partir de ahí, me empezaron a venir un montón de recuerdos a la cabeza.Hoy, volviendo a correr sobre otra preciosa nevada, he completado más aquellos recuerdos y quiero anotarlos antes de que se me olviden.Cuando yo era pequeño, como (quizá afortunadamente) no había televisión, los cuentos (no les llamábamos “tebeos”) tenían una importancia enorme.
Recuerdo especialmente “El Pulgarcito”, que nuestros padres nos traían los miércoles (“el día del mercau”) de Villaviciosa. El Pulgarcito retrató de forma muy sutil (los torpes censores ni se darían cuenta) y realista las miserias (y pequeñas grandezas) de la gente de la posguerra con personajes inolvidables como Carpanta (el hambre), Don Pío (el oficinista mediocre), Gordito Relleno (el obeso), Doña Urraca (la mala leche), El Repórter Tribulete (que en todas partes se mete), Pascual (criado leal, por Nadal), los Zipi y Zape, etc, etc (podría seguir un rato largo, incluso nombrando a sus dibujantes). Aprendí muchas cosas de aquellos Pulgarcitos: que había roscones de Reyes con sorpresas (a Carpanta le tocó en su trozo una muy grande y se quedó sin comer), cómo funcionaban las ciudades y sus gentes, ...Pero volvamos a lo del título. Esa maldición era la que lanzaban, en las luchas, los moros del Guerrero del Antifaz. Y, recordando eso, recordé la costumbre que teníamos, los críos afortunados que leíamos cuentos, de, cuando nos gustaba un personaje, “ser” ese personaje para los juegos. Bien entendido que, cuando alguien se “cogía” a un personaje lo hacía en propiedad para siempre, es decir, ya nadie más que él podía serlo.Y aquí viene una de mis grandes decepciones infantiles, el aprendizaje en la vida siempre es duro.Mi hermano Manolo “era” el Guerrero del Antifaz. Entonces, en una de las aventuras de este famoso y bravo guerrero, apareció otro personaje, llamado Osmín, que iba disfrazado casi exactamente como él. Y digo “casi” porque llevaba unas calzas un poco mosqueantes (su nombre y su curva espada ya debían haberme advertido). El caso es que, en cuanto lo vi, lo cogí y “fui” oficialmente Osmín. Pero ¡oh horror!, cuando terminaron la aventura, Osmín se quitó el disfraz y ¡se quedo hecho un moro, con todos sus arreos, turbante incluido! Un moro bueno, pero un moro, al fin y al cabo. No tuve más remedio que renegar de él.Nada menos que un moro, a los que, como contestó mi otro hermano Luis en su examen de Ingreso en Santander, “derrotó el Cid en la Batalla de Covadonga”. No es raro que contestara eso teniendo en cuenta que él no fue formalmente a la escuela de nuestro padre (una especie de célula de la Institución libre de Enseñanza) donde se aprendían muy bien las cosas. Y digo “formalmente”, porque informalmente sí que fue: se paseaba en triciclo por entre las mesas. Le teníamos entrenado para que al grito de “¡Luis, el Inspector!” (que una vez llegó) cogiera el triciclo y saliera disparado.Vuelvo a coger el hilo.



Mi decepción fue gorda, pero mayor fue otra de mi primu Paco (le habéis visto varias veces en el Foro en “La cordada de Sietes”).Había otro personaje que se llamaba Diego Valor. Comenzó con una serie en la radio, con el título “Diego Valor, piloto del futuro”, y después empezamos a conseguir los cuentos. Curiosas, imaginativas (sillas volantes que se manejaban con la mente) y futuristas aventuras de unos terrestres en Venus ayudando a los venusianos buenos a luchar contra los malos (los wiganes) dirigidos por el super malo: el Gran Mekong.Bueno, pues mi hermano Manolo nuevamente anduvo listo y se hizo con el personaje principal: Diego Valor. Yo “fui” su amigo Portolés, el cual no me decepcionó al verlo en los cuentos: llevaba la misma chaqueta de piloto (con piel en el cuello) que Diego Valor, era rubio en lugar de moreno y tenía una pequeña sobarbita sin mucha importancia (recursos del dibujante, Builla Bayo, para que no fueran iguales). Además, su rubia novia, Kira, era muy guapa.Paco se hizo con el personaje de Contay, nombre que sonaba bien en la radio, pero, cuando lo vimos en los cuentos, ¡resultó ser un venusiano verde y calvo como todos!. Decepción más gorda que la mía con Osmín.



La infancia es dura.El personaje que más satisfacciones me dio fue Mendoza Colt, el cual conseguí “ser” antes que nadie. Lo dibujaba el gran Martín Salvador. Llevaba un par de revólveres con las culatas hacia delante y desenfundaba cruzando las manos por delante. Me hice con un juego (los hacíamos de madera imitando el dibujo de la portada de los cuentos, cuando los conseguimos de verdad fue increíble) poniendo la hebilla del cinturón hacia atrás para que me quedaran igual. Mi primu Paco “fue” Pistolas Kennedy, un pistolero malo muy atractivo. Lo malo es que lo terminó matando Mendoza Colt (o sea, yo) en un duelo memorable. No le salían bien los personajes a Paco.Hasta aquí me dio la falta de oxígeno. Quise anotarlo en cuanto llegué a casa antes de que se me olvidara.

Enlace a la entrada original:

sábado, 22 de agosto de 2009

Mortadela filemona. Exposición de Valeriano Belmonte




Reportaje sobre la exposición que Valeriano Belmonte dedicó a Mortadelo y Filemon en Albacete el pasado año.

Proximemente nos ocuparemos de otra exposición dedicada a Manuel Gago, también por Valeriano Belmonte.

29 de septiembre 2008-
- Inauguración Exposición MORTADELA-FILEMONA con la intervención de su autor Valeriano Belmonte , con motivo del 50 aniversario de la creación de los personajes Mortadelo y Filemón de Francisco Ibáñez.
Hora: 19:00horas, lunes
Lugar: Casino Primitivo de Albacete (C/ Tesifonte Gallego 3). Entrada gratuita

jueves, 20 de agosto de 2009

Diego Valor Tomo 2. Cuadernos de la historieta española



Diego Valor.
Tomo II
Colección Cuadernos de la historieta española.
Autor Fernando Bernabón.
Fecha de edición. Mayo de 2009
Páginas:190

Contacto: vallatebeoediciones@hotmail.com



Himno de Diego Valor
En su momento nos ocupamos del primer tomo de este estudio. Ofrecemos ahora un resumido análisis del segundo libro que encarecidamente recomiendo.
Nos encontramos ante el segundo de los tomos dedicados a Diego Valor, dentro de la colección “Cuadernos e la Historieta española”. Este libro es una continuación directa del anterior, incluso la paginación continua al primer tomo, comenzando este último por la página 161 justo donde terminó el primero.

Marte, mensajero de la Guerra.



(Suenan los primeros e impresionantes compases de Marte, mensajero de la Guerra) “¡La sociedad Española de Radiodifusión presenta...a Eduardo Lacueva y Juanita Ginzo en...Diego Valor...piloto del futuro...!

CAPÍTULO XI. De la mano del Comandante Valor. Viaje a los planetas y satélites de nuestro Sistema Solar.
Con esta presentación ilustramos de forma sonora la crónica que nos presenta Fernando Bernabón en su libro, quien detalla los pormenores de las aventuras de Diego Valor por el espacio sideral describiendo en cada caso la geografía de los planetas (geografía en su mayor parte inventada, por supuesto) y las grandes civilizaciones que en su deambular aventurero nuestro héroe va conociendo de forma sucesiva, así como las diversas e imaginativas especies de extraterrestres contra las que tiene que luchar o intervenir en los distintos conflictos en los que se ve envuelto el protagonista.



El planeta Venus
Tras regresar del planeta Venus, los protagonistas se desplazan a Marte, donde conocen nuevas civilizaciones y peligros. Posteriormente nuestro héroe viajará a Ganímedes, satélite de Júpiter, donde descubriría una gran civilización en el subsuelo de dicho planeta, hasta regresar nuevamente a la Tierra para abordar posteriormente el viaje hacia el “planeta errante” el cual se acerca a la Tierra cada 50.000 años.
Fernando Bernabón nos relata de manera amena todas estas peripecias de forma cronológica hasta el final inacabado de la saga tebeística, la cual, lamentablemente no es posible conocer su continuación porque el serial radiofónico a partir de ahí no tuvo su contrapartida en viñetas y en los archivos de Radio Madrid no se encuentran las consiguientes grabaciones sonoras


ALGUNOS DE LOS ESCENARIOS DE LAS AVENTURAS DE DIEGO VALOR:


Júpiter y uno de sus satélites;Ganímedes



La Tierra y la Luna



Marte


Felicitación navideña extraida del blog Viñetas.
CAPÍTULO XII. La otra cara de Diego Valor. El guionista y sus colaboradores, los dibujantes.
La segunda parte del libro está dedicado a los autores que, en mayor o menor medida trabajaron en la realización de la adaptación de la saga al cómic. Se trata de estudios biográficos bastante extensos donde se analiza de forma minuciosa la totalidad de la obra de cada uno de ellos, prestando especial atención a su colaboración en la serie Diego Valor.

Enrique Jarnes “Jarber”.
Verdadero creador de Digo Valor, desvinculándolo totalmente de su origen como adaptación de Dan Dare. Guionista de la serie radiofónica y de su contrapartida en los tebeos.
Francisco Blanes Aracil. Dibujó el primer ejemplar, pero ahí se acabó su colaboración
Adolfo Álvarez Buylla. Ilustró 168 cuadernillos de la serie.
Braulio Rodríguez “Bayo”. Entintó los lápices de Buylla en 124 ejemplares.
Federico Blanco “White”. Dibujó los dos primeros de la segunda serie.
Francisco Fernández Zarza. Autor de las portadillas de la segunda época con su plástica pictórica
- Capítulo XIII. Ficha técnica y relación de títulos publicados en las colecciones de tebeos de Diego Valor.

- Capítulo XIV. Tebeografía básica sobre Diego Valor.
- Más datos sobre Diego Valor. Algunos recuerdos de Enrique Martínez Peñaranda sobre el serial radiofónico.
- Correcciones y apreciaciones al primer tomo de Diego Valor
No tengo noticias de que alguna vez se haya realizado un estudio tan exhaustivo de esta obra, por lo que los presentes volúmenes adquieren un gran valor como fuente de documentación para todos aquellos aficionados, entusiastas o estudiosos de los tebeos clásicos interesados en conocer el pasado de nuestro cómic.
Enhorabuena por el nuevo trabajo. Ya estamos expectantes por leer los siguientes títulos de la colección.
Enlaces de interés:

sábado, 15 de agosto de 2009

MENDOZA COLT por Manuel López



MENDOZA COLT


El Tebeo
Infantil y Juvenil

La oferta del tebeo infantil y juvenil en nuestro país, es escasa si la comparamos a la de otros entretenimientos que ocupan las horas de ocio de los más pequeños.
La competencia que presentan otros medios es importante y por eso se ha de argumentar el esfuerzo para que los niños experimenten la satisfacción y el gusto que representa la lectura de un tebeo, la fantasía y la magia que pueden encontrar en sus historias, como en su día pudimos experimentar todos cuantos, hoy, peinamos canas, y para que cuando sean mayores, los tebeos continúen formando parte de sus lecturas.
El tebeo no es el único medio artístico que cuenta con una minoría de público, eso ya lo sé. Ni es el único que no tiene soporte institucional, pero eso no quita que sea lamentable que el tebeo viva tan aislado.
Tengo la sensación que editores, autores, tiendas y distribuidores no se comunican suficiente. En ocasiones estos últimos ni tan solo ponen la más mínima facilidad para que una obra determinada llegue al publico nada más por el hecho, por ejemplo, que sea una reedición de tebeos publicados en el franquismo, sin tener en cuenta la calidad de la obra. Supongo que sufrimos el síndrome de inferioridad respecto a esos tebeos.
Hace años que se escriben teorías sobre el tebeo clásico que no tienen nada que ver con la realidad, entendido que algunos aprovechan sus plataformas en los medios para denostar aquellos tebeos.
El cómic, la narrativa gráfica, la viñeta, la historieta o el noveno arte, todo sirve para definir el tebeo posbélico que levanta tanta polémica por la fuerte atracción que aún ejerce sobre partidarios y detractores. Un tebeo que contaba con grandes autores y lo más importante, que la aparición de nuevos autores que se fueron abriendo camino en el
mercado, era una constante.
De esta ingente producción de tebeos aparecieron algunas series buenas, otras regulares y muchas malas, pero se diga lo que se diga, también existían los que optaban por escoger que, con y como leer, sin aceptar ningún tipo de alineamiento.
En el estado español siempre hemos contado con buenos autores, más dibujantes que guionistas, pero hubo que aceptar la realidad, es decir, el poder de la televisión y la nula visión comercial de los editores de la Meca del tebeo, Cataluña y Valencia que acabaron con nuestro tebeo clásico. Con el derrumbe de la Editorial Valenciana, Maga y finalmente del Gigante Bruguera, una gran mayoría de dibujantes tuvo que trabajar exclusivamente para otros mercados donde el cómic se vendía y pagaba mejor: el ingles, el francés, el norteamericano e italiano, condenados a hacer de profetas externos.
Volviendo al tebeo infantil y juvenil, no cabe duda que las publicaciones infantiles ilustradas representaron el más considerable factor cultural y artístico en el estado español. Solo el concepto arcaico de la cultura hace posible que exista aún, de hecho, una indiferencia absoluta a la pérdida y destrucción de estas fuentes históricas.
Obviamente, la obra impresa de esos años, seguirá con nosotros porque siempre quedaran personas inteligentes que las conservaran para las nuevas generaciones de lectores. En este sentido hay que recordar la labor que vienen realizando algunas publicaciones, que en algunos casos equivale a 20 años de esfuerzo, para que los aficionados profundicen en el pasado de su historieta, trabajos que merecen calificarse de heroicos.
En las décadas que van de los 40 a los 60 se publicaban en este país una serie de tebeos infantiles y juveniles, que al releerlos pueden observarse varios aspectos:

-La cantidad de formas y asuntos que en aquel momento se usaban.
-Una voluntad narrativa decididamente popular
-La aparición de algunos de los dibujantes más interesantes de la de la historieta autóctona.
Son tantos y tantos los motivos para el estudio de esa historieta, que su enumeración y explicación requerirían un espacio del que no disponemos, dado la malinterpretación de sus intenciones y que ha dado lugar a las más variopintas disquisiciones, llegándose, con algunas de ellas, a rayar la autentica insensatez.
Sea como fuere, el carácter popular de la historieta la ha condenado, en nuestro país, al más cruel y obtuso de los ostracismos. Tampoco se trata de ninguna novedad, ya que a pesar de que siempre existió una importante demanda de tebeo popular, debido a ciertas maniobras poco afortunadas de nuestras editoriales, se ha visto suplantado por producciones foráneas.
Casi de modo imperceptible en el tiempo, pero acompañados de una enorme avalancha de acontecimientos, han transcurrido ya más de 60 años desde la aparición en el mercado de aquellas publicaciones que con su desaparición, se llevaron, también, los años de nuestra infancia y adolescencia. Pero no todo va a ser hoy pesimismo, queremos ser positivos y mostrarnos esperanzados, aunque ligeramente, de la labor que vienen desarrollando ese pequeño grupo de aficionados, que mantendrán viva la llama de aquellos tebeos de antaño.



Mendoza Colt

Ficha Técnica
Mendoza Colt 1955
Dibujo: M. Salvador / Armando /Jesús Herrero
Guión: González C.
Editorial Rollan - 120 números 17x24


El lejano Oeste, con sus millares de habitantes junto al siglo XIX, con sus ranchos y sus villorrios, gozó de una enorme popularidad, tanto cinematográficamente como literariamente en las décadas 40/60, y ¡cómo no!, encontró también su expresión gráfica en la mayoría de autores del cómic español.
Mendoza Colt responde al arquetipo de personaje que nos mostraban las novelas de Marcial Lafuente Estefanía, Fidel Prado, Silver Kane etc. Uno de esos héroes que se ven inmersos en un mundo de cuatreros y facinerosos, donde luchan y disparan porque así lo hacen los demás, porque la ley del revólver es una orden para ellos.
Se trata, pues, de un héroe de raíz popular, «Justiciero» como buen americano del Norte, a pesar de sus residencias españolas y que el inicio de su andadura este motivado por la venganza. Lo que el lector demandaba eran peleas en los «saloons» y muchos tiros. Por eso el cómic de Mendoza Colt está plagado de CLIC, de PUM, de BANG! BANG! BANG! Que atraviesan centelleantes las viñetas entre ráfagas de pólvora.
Lo anteriormente expuesto puede hacernos pensar que los guiones de este cómic son blandos, carentes de impacto, en el que sólo abundan los tiros y puñetazos, considerados como inocuos por la censura de todos los países, nada mas lejos de la realidad, los guiones de Mendoza Colt, en su mayoría son más que correctos, con
el añadido del dibujo de Martín Salvador que valoran el texto. Esto último lo consigue por medio de la mágica ambientación de la historia. Y quizá lo más destacable de esta ambientación descansa en la caracterización de los personajes secundarios a los que viste con una destacada personalidad.
Dibuja M. Salvador de forma ágil y efectista, con unos dibujos de indiscutible calidad intrínseca, todo su trabajo presentan esa cualidad, demostrándonos ser narrador nato, ameno y perfectamente capacitado para la realización de historias del Oeste. No deja de ser chocante el comparar la cantidad de tinta vertida en elogios para algunos dibujantes menos dotados, frente al silencio que se ha mantenido sobre este autor.
Cuando Martín Salvador abandona la serie, se hace cargo de la misma Armando, quien tuvo que bregar con lo que parecía iba a convertirse en su maldición particular, la de ser el segundón de una serie ya iniciada (véase Jeque Blanco)
Poco a poco las aventuras de Mendoza Colt y su inseparable Rabietas se limitan a un episodio completo, lo que limitan su acción y desarrollo, y es aquí donde Armando confirma todo cuanto ya nos había apuntado en Jeque Blanco, su modélica puesta en imagines y composición, destacando muy especialmente en su dominio del caballo así como de la ambientación. Armando ha sido, sin duda alguna, uno de los dibujantes españoles que mejor ha dibujado el caballo, sus caballos son armoniosos y emanan movimiento, movimiento que muy pocos autores han podido igualar.
Aunque ciertamente los esquemas son sencillos y constantes dentro de un territorio que sube hasta Alaska y desciende hasta México, las aventuras de Mendoza Colt son aventuras al aire libre, de llanuras y montañas, de pequeños poblados con una sola calle, donde Mendoza se enfrentará con el forajido, nos atrevemos a afirmar que Mendoza Colt es uno de los mejores Westerns que ha dado el cómic español a lo largo de su historia, con un excelente ritmo narrativo y un gran sentido de la composición y páginas de gran belleza plástica y dibujo elegante (tanto por parte de M. Salvador como de Armando), con una buena inventiva a lo largo del relato en parajes y localizaciones.

Un buen tebeo western
Las editoriales madrileñas tuvieron menos presencia que las Valencianas o Barcelonesas, pero aún así podemos destacar a Rollán con sus Aventuras del F.B.I., Jeque Blanco, Mendoza Colt… Ésta última, para mí, uno de los mejores tebeos del tema western publicados en nuestro país.
La construcción y desarrollo del guión es preciso; montaje y ritmo se subordinan a la fluidez narrativa. El dibujo de M. Salvador resulta vehículo ideal para sus fines. El guión, como ya he dicho, es atractivo, ingenioso, con pinceladas de humor a cargo de Rabietas.
M. Salvador se nos muestra como un excelente narrador visual, su trazo ágil y bello describe a la perfección las escenas de acción, destacando al mismo tiempo su capacidad para enmarcar la acción en un escenario concreto, sobre todo si este es un escenario natural. Es bien sabido que el paisaje del Western es una de las principales características de este género. Los dibujos de M. Salvador, están completamente al servicio del guión, prescindiéndose de baldíos efectismos en aras del proceso narrativo.
El Mendoza Colt dibujado por M. Salvador, se trata de una buena historia, resuelta con soltura y con la elegancia que constituyó seña de identidad del autor.
Todo lo expuesto con anterioridad puede hacernos creer que el Mendoza Colt dibujado por Armando, resulta inferior al de M. Salvador, nada más lejos de la realidad. Armando fue un historietista con una especial capacidad narrativa. Gráficamente, su concepción de la viñeta es muy dinámica, recreando como pocos la potencialidad del movimiento, especialmente la del caballo. Pocos autores como Armando para el dibujo del Caballo.
El dibujo de Armando fue evolucionando número a número hacia un detallismo casi naturalista, muy adecuado para la descripción de paisajes y atmósferas. En definitiva cualquier análisis confirma la originalidad y la importancia de estos dos artistas en la historia de la historieta Española.
Pese a que en la actualidad el western no es un género de éxito ni en el cine ni en las historietas, las aventuras de Mendoza Colt mantienen bien alto el pabellón del cómic del Oeste en la historieta autóctona. El éxito de esta serie
se debe a la calidad de los guiones y un dibujo descriptivo y meticuloso.
Todo ello y la atrayente portada de Mendoza Colt (1955) con el dibujo de esta arma presidiéndola, hacen que alcance los 120 números.
Exportadas a Argentina y otros países latinoamericanos dicen de la calidad de las ediciones y la internacionalidad de los temas tratados.
Si hubiera que elaborar un árbol genealógico de la historieta española de posguerra, sin duda encontraríamos a Mendoza Colt en un lugar privilegiado.
Manuel López
Figura de resina editada por EL BOLETÍN
Comicguía nº10
En este ejemplar podemos encontrar breves reseñas biográfias de el guionista Miguel González Casquel y de los dibujantes Armando y Martín Salvador

domingo, 9 de agosto de 2009

El Guerrero visto por Sánchis


Álbum de 1981


Comicguía 54. Invierno 2003-2004


Comicguía 55 Primavera 2004


Comicguía 47 Invierno 2001-2002


Comicguía 40 Otoño 1999

Comicguía 26 Invierno 1993-1994

No me extrañaría nada que el amigo Sebas nos sorprendiese con alguna más...

jueves, 6 de agosto de 2009

El Sargento Virus



Cosas que recuerdo
"Una suerte de nostalgia"


La evasión fue una de las principales funciones de los tebeos en aquellos duros años. Por lo que resulta inaceptable el tono peyorativo o condescendiente con el que tan a menudo se emplea hoy día cuando se habla de ellos. Tono que no está absoluto justificado si tenemos en cuenta que como todo régimen dictatorial, el franquismo se dotó de un aparato represivo destinado a controlar ideológicamente todas y cada una de las publicaciones que salían a la calle y a impedir cualquier veleidad crítica. Tal era la envergadura del control franquista, que sin tomarlo en cuenta resultaría difícil comprender el daño cultural causado por el franquismo, mediante una infraestructura organizativa de dimensión nacional: funcionarios, legislación, juzgados, policía, Falange, Ejército, medios de comunicación, telecomunicaciones, transporte, intendencia, etc. El miedo se extendió a toda la capilaridad social. La jerarquía de la Iglesia, se aplicó con diligencia a esta labor de persecución desde los púlpitos, llamando al arrepentimiento y hasta a delación.

El conflicto de las dos Españas no terminó al acabar la guerra civil española. No termina con el famoso parte del primero de abril, Cautivo y desarmado el ejército rojo… Terminó cuando se pudo hablar del conflicto. La violencia y la dimensión represiva del franquismo fue tal, que durante cuarenta años de dictadura no se registró jamás actividad de resistencia alguna, salvo la sindical, en las postrimerías del régimen.

Los críticos han elegido una palabra inapropiada cuando utilizan el término los cómics del franquismo; y lo que es peor, están confundiendo, y no siempre con buena voluntad. Lo que caracterizaba a esos tebeos, era que por muy insensato que fuera su argumento, por muy fantásticas y terribles fueran sus aventuras, en el momento del clímax podía hacerte sentir las mismas sensaciones que cualquier otra forma literaria, pero manteniendo siempre sus cualidades especificas.

Al que fuera lector de tebeos en nuestra posguerra, éstos le producen una suerte de nostalgia. Nostalgia de algo que hoy parece clausurado o en extinción, como el actual aficionado que, inhibido ante la avalancha de novedades de usar y tirar que desbordan las mesas de las librerías, no sabe qué comprar, no compra nada. Ese lector que desinformado por los medios que siempre hablan de los mismos y de lo mismo.

Sorprenderá esa y fijación y nostalgia sobre los tebeos de posguerra, y se olvida que lo que de específico tenga una juventud esta determinado pro el momento histórico en que aparece y por las condiciones de la sociedad en la que vive. Porqué la juventud está determinada por el contexto histórico en que se genera. Porque los jóvenes no tienen otra experiencia, ni otra memoria personal, ni otra perspectiva que la de la sociedad en la que viven, y es ahí en dónde expresan su identidad generacional. No todos los momentos históricos "marcan" tan decisivamente a la juventud que los vive como ocurrió en los años 40 españoles. Tuvimos una infancia llena de privaciones en una sociedad autoritaria, dictatorial, con ausencia de libertades y una represión ideológica y cultural muy fuerte. Muchos nacieron ya con el hatillo de viaje preparado hacía una orilla de embarque hacia futuros por construir.

Ciertamente hay una cierta nostalgia del pasado cuando decimos que antes teníamos tebeos, y donde no llegaba el dinero, llegaba la imaginación. Pero al hablar de aquellos tebeos que leíamos a la edad de diez, doce, catorce años, conscientes, con la perspectiva que dan los años, de la represión que vivíamos en todos los ordenes de la vida: político, religioso, social…, además de una revisión nostálgica quiere ser una crítica a todos los estamentos que durante cuarenta años ostentaron el poder en nuestra piel de toro.

Precisamente, preservar la memoria colectiva es una manera de oponerse a los totalitarismos, que siempre nos proponen la fórmula condescendiente del olvido, la amnesia como consuelo a las violencias y aflicciones sufridas.


El Sargento Virus

Editorial Valenciana: 24 números 17x24
Año publicación: 1962
Dibujo: Ibañez
Guión: Tortajada

En la historia del tebeo español en su etapa de posguerra, la Editorial Valenciana ocupa un lugar prominente con una producción siempre marcada por el signo popular. A la sombra de sus dos mayores éxitos populares: Roberto Alcázar y Pedrín y El Guerrero del Antifaz, fueron muchas las series que saldrían al mercado con desigual fortuna.

Una de esas muchas series fue “El Sargento Virus”, realizada en 1962 cuando el popular cuadernillo apaisado de aventuras, empezaba su lenta pero progresiva decadencia. El contenido de los cuadernos del Sargento Virus era, al menos a primera vista, sumamente variado, mezcló elementos del genero de espada y brujería, de la mitología griega, los cíclopes, así como de ciencia-ficción, mas concretamente a la llamada “space opera”, en su enfrentamiento con el Gran Dakon, cuya caracterización se corresponde con Neptuno y donde sus huestes van equipadas con escafandras que les permiten respirar bajo las aguas, sus naves, de diseño parecido al de los submarinos, son impulsadas por un gigantesco pulpo. Aunque, en definitiva, respondiera al mismo esquema del clásico cuadernillo de aventuras que dominó el mercado español de tebeos durante más de veinticinco años y de forma indiscutible en las décadas de los cuarenta y de los cincuenta, cada cuaderno culminaba en una escena inacabada cuya continuación era preciso esperar hasta el próximo episodio. El Sargento Virus es el arquetipo típico y tópico del héroe por excelencia, que nunca duda en ponerse al servicio de cualquier causa noble que necesite su ayuda.


Su corta duración, 24 cuadernillos, no permitió el desarrollo de lo que, en principio, parecía un prometedor guión que, a medida que avanzaba en su trama, tenia visos de complicarse en diversas y prometedoras tramas.
El Sargento Virus, no pasará a la historia de los tebeos como responsable de uno de los mayores éxitos de la historieta española, no obstante es una serie que se lee con agrado y consigue plenamente su objetivo, que no es otros que el de entretener.

Esos, hoy entrañables, tebeos tenían valores mas que estimables dentro de su modestia, siendo la mas destacada su legibilidad, es decir, su claridad narrativa. Se podrá argumentar, entonces, que en una valoración global y conjunta de esos cuadernos, no puede decirse que arroje un balance artísticamente halagüeño para el cómic español, cuya calidad media, salvo excepciones, fue mediocre. Y aún aceptando esto, deberíamos tener en cuenta las condiciones en que aquellos autores debían realizar su trabajo, así como que la única pretensión de esos cuadernillos, era la de entretener sin mas, como tampoco se debería olvidar que el buen dibujo de historieta, no es el mas perfecto sino el más narrativo, el que acierta a extraer del guión todas sus posibilidades.

A pesar de sus muchas limitaciones, ¡Qué distraída resulta la lectura de esos tebeos de aventuras!

Manuel López

martes, 4 de agosto de 2009

El Guerrero del Antifaz reeditado (3). El Guerrero del Antifaz en Diario Madrid.

Portada de Diario Madrid. 15 de Marzo de 1971

Un año antes de comenzar a publicarse la edición a color, el Diario Madrid decidió ofrecer la serie en forma de tiras diarias, dando comienzo el 15 de marzo de 1971. Ignoramos hasta donde llegó a publicarse ni en qué fecha cesó de aparecer en el periódico. Arriba vemos parte de la portada del periódico, pues no cabe completa en el escaner.


Primera tira publicada.